La alienación parental es un fenómeno complejo y doloroso que afecta a muchos niños en todo el mundo. Se refiere a la manipulación psicológica de un niño o el no permitir que un niño comparta tiempo con el otro padre, de tal forma que el infante rechace o simplemente invisibilice al otro progenitor. Este comportamiento dañino puede tener graves consecuencias en el desarrollo emocional y psicológico del niño, así como en la relación con ambos padres.
El padre alienante, generalmente motivado por sentimientos de ira, venganza o celos hacia el otro progenitor, posiblemente a consecuencia de situaciones en su relación romántica que finalmente les llevó a separarse y creyendo que así se desquita con el otro, utiliza tácticas sutiles o directas para influir en la percepción del niño sobre el padre alienado. Estas tácticas pueden incluir hablar mal del otro padre, desacreditar sus acciones o tan sencillo como impedir que el niño conviva presencialmente con el otro padre “porque no se lo merece después de todo lo que me hizo”
Las posibles consecuencias en la vida adulta de un niño que fue violentado por uno de los padres al alienarlo del otro pueden ser significativas. El niño puede crecer con una percepción distorsionada de las relaciones interpersonales y la paternidad, lo que podría dificultarle establecer vínculos afectivos saludables en su vida adulta. Además, es probable que experimente dificultades para confiar en los demás y establecer límites adecuados en sus relaciones, lo que podría afectar su bienestar emocional y su capacidad para mantener relaciones estables y duraderas. La alienación parental también puede generar en el niño sentimientos de vacío emocional, culpa y ansiedad, que podrían orillarlo al uso y abuso de sustancias y por ende convertirse fácilmente en alcohólico o drogadicto.
Cuando un padre impide activamente que su hijo comparta tiempo con el otro progenitor, está infligiendo un daño profundo en la relación entre ambos. El niño se ve privado no solo de la presencia física del otro padre, sino también de la oportunidad de desarrollar un vínculo emocional saludable con él. Esta privación puede generar sentimientos de pérdida, confusión y abandono en el niño, así como un profundo impacto en su autoestima. El niño en algún momento de su vida, puede experimentar un conflicto interno al querer estar con ambos padres pero sentirse obligado a elegir uno sobre el otro, lo que puede generar un estrés emocional significativo y un sentimiento de lealtad dividida.
El padre alienante, motivado por resentimiento o venganza hacia el otro progenitor, puede creer erróneamente que al impedirle tener convivencia presencial con el niño se está desquitando por lo que vivieron como pareja. Esta actitud puede estar impulsada por emociones intensas y no resueltas relacionadas con la separación, llevando al padre alienante a utilizar al niño como un medio para expresar su frustración o enojo hacia el otro progenitor. Sin embargo, esta forma de actuar no solo daña la relación entre el niño y el padre alienado, sino que también refleja una falta de consideración por el bienestar emocional y psicológico del niño.
El daño emocional causado por la alienación parental puede ser profundo y duradero. Los niños que han sido alienados pueden experimentar depresión, ansiedad y dificultades en el rendimiento académico. Además, la alienación parental puede afectar la relación del niño con el padre alienante a largo plazo, ya que puede generar resentimiento y falta de confianza, o sea, “el castigo” al otro, en algún momento de la vida de niño le regresara al padre violentador.
Los padres alienantes deben ser conscientes del impacto de sus acciones en sus hijos y buscar ayuda para abordar sus propios problemas emocionales. A los padres alienados les animo a recordar que los hijos crecen y cuando ya son autónomos suelen buscarlos, el deber de ustedes es estar preparados emocional y materialmente para recibirlos.
Les recuerdo a ambos, alienantes y alienados que es fundamental priorizar el bienestar de los niños y trabajar en conjunto, separando las razones de su ruptura como pareja, poniendo por delante su rol como padres de la criatura para fomentar relaciones saludables y amorosas entre padres e hijos.
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