En la Nicaragua actual, es común que quienes denuncian los crímenes de lesa humanidad, torturas, encarcelamientos y otros actos atroces perpetrados por los sandinistas sean acusados de estar llenos de odio. Esta acusación devenida de los sandinistas de ayer que casualmente tambien hacen los sandinistas de hoy, sin embargo, es a menudo un intento de desviar la atención de los verdaderos problemas y evitar la rendición de cuentas. Señalar crímenes y a sus ejecutores no es un acto de odio, sino un acto de justicia y un paso crucial hacia la construcción de una sociedad más justa y humana.
El odio implica una emoción negativa y profunda hacia alguien o algo. El odio no se queda en señalar o acusar, el odio lleva a la venganza y aqui entre nosotros no buscamos ejercer violencia fisica sino justicia historica y juridica. Sin embargo, señalar crímenes no es una cuestión emocional, sino una cuestión de responsabilidad y verdad. Cuando las víctimas de crímenes atroces hablan sobre sus experiencias y señalan a quienes los perpetraron, están buscando justicia, no venganza. Su objetivo es garantizar que estos crímenes no se repitan y que los responsables rindan cuentas por sus acciones.
Un ejemplo claro de esto es el caso de la dictadura sandinista en la decada de los 80´s. Muchos sandinistas hoy opuestos a su comanche cometieron crímenes terribles contra su propia población ¿o los miskitos no eran nicaraguenses?, el sandinismo aplicó adoctrimamiento, encarcelamiento politico, torturas, destierros, persecusion religiosa, desapariciones forzadas y ejecuciones sumarias, bueno, es lo mismo que hace ortega que dicen los otros sandinistas eso no es sandinismo pero que comete crimenes extrañamente similares a los de los sandinistas de los ochentas cuando estaban juntos en el sandinismo verdadero, ¿raro no?. Las víctimas y sus familias han pasado décadas y no han recibido justicia y verdad, los culpables no han pagado por ser inocentes sino por amnistias. La lucha de todos los afectados por el sandinismo no es por odio, sino por justicia y dignidad.
La ciencia también respalda esta afirmación. La psicología y la sociología han demostrado que señalar crímenes y buscar justicia es un proceso necesario para la curación de las víctimas y para prevenir la repetición de estos actos en el futuro. El silencio por miedo a que te llamen odioso, la negación de la verdad y la impunidad solo perpetúan el ciclo de violencia y abuso. Llamar odiosos a los que hablan y señalan con la intencion de callarlos es violencia, no empatia ni mucho menos compromiso con la justicia plena, sino con una justicia que no llegue a los que me caen bien o me financian.
Es importante reconocer que quienes acusan a las víctimas de estar llenas de odio están intentando proteger un status quo injusto y defender a quienes tienen poder politico en Nicaragua y tambien economico en su disidencia. Se trata de un intento desesperado de mantener el control y evitar la rendición de cuentas. Sin embargo, la verdad siempre termina saliendo a la luz, y la justicia siempre prevalecerá sobre la injusticia y la impunidad.
En conclusión, señalar crímenes y a sus ejecutores no es un acto de odio, sino un acto de justicia y responsabilidad. Es necesario que la sociedad reconozca la importancia de escuchar a las víctimas y apoyar sus demandas de verdad y justicia. Solo así podremos construir una Nicaragua más justa y humana para todos.
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Psicólogo Clínico, escritor, columnista, conferencista, motivador, ex-preso político de la dictadura en Nicaragua, autor de los libros «Personas Ordinarias, Mentes Extraordinarias», «Está Bien, Estar Mal» y «El Preso de la Celda 16». Compra mis tazas de café, camisetas y libros en www.psicologo-martinez.creator-spring.com Súmate y apóyame a diseminar motivación. ¿Tienes comentarios sobre mis obras? ¿Quieres hacer una cita para consejería online? Búscame en Facebook o escríbeme en WhatsApp y con gusto recibiré todos tus comentarios.««