El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El comportamiento suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como tomar una sobredosis de medicamentos o accionar un arma contra la humanidad de sí mismo.
El suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con dificultades emocionales que le desbordan y que pueden llegar a convertirse en estados depresivos mayores, trastornos de ansiedad como ataques de pánico o estrés inmanejable. Todo esto causa un malestar psicosomático que a veces es necesario tener una adecuada medicación para regularlo.
Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de suicidio están buscando alivio a: sentirse avergonzados, culpables o una carga para los demás, sentirse como víctimas, sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.
El suicida entiende la muerte como la liberación de las ataduras y las dificultades de la vida, un cambio para pasar de lo vivido en otro plano existencial imaginado y caracterizado por la ausencia de sufrimiento. Lo cual hasta este momento nadie ha podido corroborar ni negar. La posibilidad de cometer el acto es visto como una salida de emergencia ya que su situación personal, familiar o social se vuelve prácticamente insoportable.
Algo es seguro, en primera instancia y como instinto básico de supervivencia, prácticamente ninguna persona quiere morir. La gran mayoría de las personas concibe al proceso de muerte como lo más terrible que le puede suceder a un individuo. Sin embargo, para el suicida en cambio, la muerte adquiere un sentido especial. Su manera de pensar en el fallecimiento es muy diferente a la de la gran mayoría, y eso influye en su comportamiento y sus actitudes.
”No puedo más”, “estoy harto de este sufrimiento”, “si no estuviera aquí a nadie le haría falta”, “y si mejor no hubiera nacido”, “nadie le importa mi situación mejor no existir”, etc. son solo algunas de las afirmaciones que la persona en crisis formula en los momentos más profundos de su ideación, aunque no tiene por qué expresarlos abiertamente, algunas veces lo hace entre platicas con amigos, ahora con las redes sociales, los estados se convierten en la tribuna desde donde se lanzan los pedidos de auxilio encubiertos.
Para el individuo no tiene tanta importancia aquello con lo que se va a encontrar después de haber muerto, como el hecho de alejarse de algo: dolor, pena, sufrimiento de los familiares y seres queridos, etc. Lo verdaderamente importante es salir de su estado de una vez por todas, atravesar ese “callejón sin salida” en el que se encuentra. El objetivo principal de cometer el acto suicida es superar la angustia presente de manera rápida.
Para otros, el suicidio puede tener un objetivo diferente al anterior: realizar un cambio, ya sea en uno mismo o en el entorno en el que se encuentra el suicida. Desde esta otra visión lo importante no es liberarse de aquella situación de angustia sino que más bien se centra en aquello que la persona desea lograr: llamar la atención sobre un tema o problemática en particular. “como nadie me escucha, nadie resuelve, nadie le importa, seguro si me quito la vida podre crear un impacto”.
El objetivo, pues, es morir, pero también comenzar a vivir de otra forma. Se ha llegado a afirmar que la conducta suicida es, en primer lugar un acto de vida y no de muerte. Aquél que desea suicidarse añora liberarse de sus problemas, cambiar las circunstancias existentes o regresar a un estado de seguridad, sin embargo, en el fondo de su ser subyace un ferviente deseo de vivir.
Otros estudiosos del fenómeno consideran que el suicidio significa esperanza, esperanza de seguir viviendo en plena paz y tranquilidad. Con lo anterior, el suicidio se convierte en la manera de eliminar la desesperanza existente, la depresión sofocante y la culpa permanente. También es una manera de desaparecer, pero permaneciendo en la conciencia de los familiares y amigos como un recuerdo doloroso y difícil de olvidar.
La conducta suicida resulta de las más peligrosas en el ser humano. Por ello es muy importante aprender a detectarla, tanto en uno mismo como en los demás, antes de que sea demasiado tarde.
Hay que diferenciar entre la ideación suicida y la planeación suicida. Debemos poner mucha atención a estos dos estados para detectar a una persona que esté pensando en quitarse la vida.
Ideación suicida, es pues cuando el sujeto tiene deseos de matarse pero al preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: ‘no sé cómo, pero lo voy a hacer’. Todos en algún momento pudimos acariciar esta ideación, principalmente en la adolescencia, pero no se llega a la planificación por ende no constituye un riesgo inminente para la propia vida siempre y cuando no se asocie a otros factores de riesgo como el consumo de sustancias, una familia disfuncional, abuso sexual, bullying, etc.
Las manifestaciones más claras de ideación son frases como: “la vida no merece la pena vivirla”, “lo que quisiera es morirme”, “para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto” y otras expresiones similares que ya he venido mencionando hasta este punto de mi escrito.
La planificación suicida es en sí la etapa más peligrosa y en la que menos se envían alertas, es muy probable que la persona no haga ninguna manifestación, si dejamos pasar las manifestaciones de la ideación es probable que no tengamos oportunidad en la etapa de la planificación, ya que en esta etapa es en la que el individuo que desea suicidarse ya lo decidió, ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser descubierto, los motivos que sustentan dicha decisión que ha de realizar con el propósito de morir.
Aquí hay que estar atentos principalmente a la conducta no verbal del sujeto, sus cambios bruscos de ánimo, sus conversaciones como de despedida, el hecho que se desprenda de objetos que han sido valiosos y significativos, no prestarle atención a eventos o actividades que antes le emocionaban y si llega a manifestar algo, atentos a preguntas como: dónde encuentro tal pastilla? o donde estarán las municiones del arma que está en la casa?
Generalmente en todo acto suicida, hay un intento fallido, ya sea por que hubieron situaciones fortuitas que lo impidieron o porque “el valor” impidió que se cometiera en este primer intento. Atentos a esas excusas de que, no me di cuenta cuantas pastillas me tomaba, solo estaba viendo como reaccionaban al verme con una soga en el cuello, etc. Signos de alerta que nos indican búsqueda inmediata de ayuda profesional.
Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones, incluso:
· Creen que nada va a ayudar
· No desean contarle a nadie que tienen problemas
· Piensan que buscar ayuda es un signo de debilidad
· No saben adónde acudir por ayuda
Muchas veces vemos a personas que parecieran tener una vida satisfactoria, incluso parecer perfecta, sin embargo a puertas cerradas pueden haber demonios personales contra los que están luchando a diario. Muchas veces la depresión es el factor de riesgo principal del suicidio. Si ves a alguien sufriendo depresión apóyale e invítale a buscar ayuda profesional.
Sin embargo, si vos sos un amigo, miembro de la familia o conoces a alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trates de manejar el problema por tu cuenta. Busca siempre ayuda. Nunca ignores una amenaza o intento de suicidio. El psicólogo desempeña, al menos, un doble papel en el campo de la conducta suicida: el tratamiento y la prevención. El enfoque funcional y contextual de la Psicología es fundamental para entender los problemas clínicos o existenciales, cuya doble vertiente comparte la conducta suicida.
Siempre toma en serio los intentos y amenazas de suicidio. Puedes contactarme en mi línea de WhatsApp +506 60658108 para contratar ayuda profesional y confidencial en cualquier momento.
Tu psicólogo favorito.
Lic. Róger Alfredo Martínez
Psicólogo Clínico, Escritor, Columnista.
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Psicólogo Clínico, escritor, columnista, conferencista, motivador, ex-preso politico de la dictadura en Nicaragua, autor de los libros «Personas Ordinarias, Mentes Extraordinarias», «Está Bien, Estar Mal» y «El Preso de la Celda 16». ¿Te gusta el contenido de Psicólogo Martínez? ¿Los sentis útiles y motivadores? ¿Sentis que mi trabajo merece tu apoyo? Descarga mi App Movil para telefonos Androids y podes suscribirte al contenido premium donde por $5 tendrás acceso intimo a mis vídeos, escritos, sesiones terapéuticas gratuitas, conferencias online, mis libros gratis y mas. Súmate y apóyame a diseminar motivación. Inscribete tambien como mi Patreon en: www.patreon.com/psicologomartinez. ¿Tienes comentarios sobre mis obras? ¿Quieres hacer una cita para consejería online? Búscame en facebook o escribeme en WhatsApp y con gusto recibiré todos tus comentarios.