Los grandes sacrificios conllevan a grandes recompensas. Cuando nos encontramos en una bifurcación en nuestras vidas y nos toca decidir qué camino tomar, casi siempre acariciamos la idea del camino fácil con más embelesamiento que la opción del camino difícil. En estos tiempos queremos todo a lo fácil, que el dinero caiga del cielo, que el trabajo nos llegue hasta la cama, que todo nos salga bien a la primera.
Cuando nos proponemos una meta no pensamos en las dificultades que se nos van a presentar y que trataran de tirarnos por el suelo la motivación con la que empezamos algo. Nos fijamos en la cima de la montaña pero no en el camino pedregoso y tortuoso que tenemos que pasar para alcanzarla, si lo pensáramos planificaríamos ponernos unas botas que nos protegieran los pies de las rocas, una camisa manga larga que evitara las ramas nos hirieran los brazos, usaríamos un sombrero que nos cubriera la cara del sol y los más inteligentes hasta bloqueador se untarían para evitar la insolación. Pero si no lo pensamos por más que empecemos motivados y rezando mantras en el primer tropiezo con una piedrita nos devolveremos.
Entonces si has logrado llegar a la cima de alguna montaña pequeña, debes de fijarte que enfrente esta otra doblemente más alta y si la quieres conquistar tendrás que caminar más, esforzarte más, sacrificarte más, golpearte mas contra el camino pero, a mas alto el sacrificio, más alta será la cima que vas a alcanzar, y luego veras hacia atrás y allá abajo distinguirás la primera montañita que subiste, eso sí, por el otro lado habrá otra triplemente más grande que la que acabas de alcanzar, una persona exitosa se preguntara: ¿voy por ella? Y también se responderá: si y el sacrificio vale la nueva cima.
Es cierto, ver la inmensidad de la nueva cima da miedo, el bosque que la cubre es mas espeso y no podemos distinguir los peligros que este encierra, pero, el valiente no es el que no siente miedo sino aquel que actúa llevando consigo el miedo y que con cada paso que da lo va venciendo. Debemos entonces salir de la comodidad de la mediocridad que significa esperar solo lo fácil y dedicarnos a subir cimas, en un momento tarde o temprano podremos ver cuanto hemos alcanzado a pesar de los miedos, a pesar de los tropiezos, a pesar de las heridas y eso nos hará sentir satisfechos.
En el camino se pierde pero también se gana, el éxito esta constituido de una montaña de fracasos que no hicieron a quien los experimentó por nada del mundo detenerse. Nunca he visto a alguien alcanzar la cima sin un rasguño, sin haber querido renunciar, sin haber sentido su cuerpo y su alma caer a pedazos por que las cosas no salieron así de fácil a como esperaba. Los que lo logran fácil es por que tomaron un atajo que generalmente termina mal por que lo hicieron mal.
Cuando le pones esfuerzo, sacrificio, pasión y dedicación a algo, estoy convencido que la vida te lo devuelve en la misma medida de lo que has invertido y obtienes tu equilibrada recompensa. A veces no de la manera que pensaste, si no mejor, porque has sacrificado mucho. Y si ya encima le pusiste todo tu corazón, entonces el éxito personal está asegurado.
Cuando hablamos de esfuerzo siempre pensamos en algo que “nos cuesta”, algo que no es fácil, ni rápido, ni gratis. Sin embargo, cuando nos referimos a esfuerzo, también hablamos de recompensa, de gratificación, de trabajo bien hecho. El esfuerzo, por tanto, no deja de ser una balanza que compensa la parte “pesada” de aquello que “cuesta trabajo” con la parte buena de la recompensa que obtenemos después.
Imagina que cada vez que realices algo con esfuerzo, sea pequeño o grande, comienzas a acumular puntos. Que cada día se abonan al crédito de lo que estas queriendo conseguir. No sabemos con exactitud cuántos puntos tenemos acumulados, o cuántos necesitamos para obtener un premio, eso lo identificaremos cuando encontremos nuestra recompensa, que será en la justa medida de nuestros sacrificios.
Así pues, tenemos que tener presente que todo esfuerzo tiene su recompensa y a más grande el esfuerzo es más grande la recompensa. ¿quieres la recompensa grande? A invertir grande en sacrificio. La vida paga bien, Dios paga bien para aquellos que aunque heridos en muchas batallas, siempre siguen adelante y son vencedores en la guerra de sus propias debilidades físicas o mentales.
¿Quieres ir por la cima mas alta? ve por ella. Tropieza, cae, fracasa, llora, quéjate, llora, patalea, pero nunca, nunca te quedes sin caminar, un día, mas pronto que tarde, lograras tu recompensa. Lo bueno es enemigo de lo mejor y lo mejor esta siempre un paso mas allá. Que el fin de tu vida no te encuentre nadando en el mar de la mediocridad, sino volando en el cielo de los sueños ¿seguimos sacrificando para lograrlo?
Tu psicólogo favorito.
Lic. Róger Alfredo Martínez
Psicólogo Clínico, Escritor, Columnista.
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Psicólogo Clínico, escritor, columnista, conferencista, motivador, ex-preso politico de la dictadura en Nicaragua, autor de los libros «Personas Ordinarias, Mentes Extraordinarias», «Está Bien, Estar Mal» y «El Preso de la Celda 16». ¿Te gusta el contenido de Psicólogo Martínez? ¿Los sentis útiles y motivadores? ¿Sentis que mi trabajo merece tu apoyo? Descarga mi App Movil para telefonos Androids y podes suscribirte al contenido premium donde por $5 tendrás acceso intimo a mis vídeos, escritos, sesiones terapéuticas gratuitas, conferencias online, mis libros gratis y mas. Súmate y apóyame a diseminar motivación. Inscribete tambien como mi Patreon en: www.patreon.com/psicologomartinez. ¿Tienes comentarios sobre mis obras? ¿Quieres hacer una cita para consejería online? Búscame en facebook o escribeme en WhatsApp y con gusto recibiré todos tus comentarios.