La indefensión aprendida es un fenómeno que ocurre cuando una persona experimenta una situación tan negativa que por más que lo intente no logra salirse de ella, haciéndole pensar que no cuenta con los recursos suficientes para hacerle frente y peor aún, cree que está condenado a sufrirla nada más.
Una persona llevada a la indefensión aprendida llega a percibir que nada puede hacer, que no puede poner en marcha ninguna estrategia para modificar la situación, es decir, una persona o en el caso de todo un pueblo, habrán aprendido a comportarse de manera pasiva ante todo lo negativo que sucede a su alrededor, en consecuencia, empieza a pensar que no podrá defenderse nunca ante ese tipo de situaciones.
Esto genera en la persona e incluso en una sociedad entera, un sentimiento de falta de control sobre su ambiente y sobre las circunstancias que le rodean, siendo inútil cualquier esfuerzo que realice para el control de estas. De esta manera, el simple hecho de pensar que nuestros actos no modificarán una situación concreta, nos llevarán a evitarla o a no enfrentarnos a la misma.
En el contexto social que vivimos en Nicaragua, la dictadura nos ha cerrado tantos espacios, nos quiere aplastar tanto que nos quiere hacer pensar que no podemos hacer más nada que quedarnos quietos sin hacer nada porque no hay nada que hacer. “El que levante la cabeza se la aplastamos” son parte de los comentarios que leo en las redes de los miserables adeptos violentos de la dictadura.
Nos quieren hacer creer que inflar chimbombas, lanzas papelillos, pintar un poste o pegar stickers con las imágenes de nuestros presos políticos en las calles no tiene ningún efecto frente a la dictadura, ¿pero te has fijado como “brincan” cada vez que un simple acto de rebeldía como este aparece en las calles? ¿Cómo salen los zopilotes de la guardia policial sandinista a explotar las chimbombas a las calles? ¿Cómo una simple calcomanía en una pared llena de furia a los simpatizantes del régimen?
Ciertamente estos actos son simbólicos y los símbolos como los antes mencionados, son las representaciones de los arquetipos subyacentes en el ADN del nicaragüense y que no dejan de ser importantes siempre y cuando no permitamos se extingan y en eso si tenemos potestad porque mientras no dejemos morir al arquetipo dentro, ni al símbolo fuera de nosotros, seguiremos mostrando que si se puede seguir resistiendo y como esta lucha no es de fuerza, entonces, un día más de resistencia es un día que desaprendemos la indefensión que nos quieren imponer.
El más mínimo acto de rebeldía es inmenso cuando una dictadura ha cerrado todos los espacios. Una mirada, una ignorada, una chimbomba, una pintura, un meme, un tik tok, todo cuenta y todo es inmenso contra esta dictadura del terror. Por eso no se puede abandonar ni una sola expresión, que comunique el repudio generado por el actuar criminal de quienes ocupan el estado para imponer sus ansias enfermizas de poder.
Nos quieren obligar a estar convencidos de que no se puede hacer nada para modificar, revertir, paliar o alterar las circunstancias adversas a las que están sometiendo a la ciudadanía Nicaragüense y esto provoca grandes sufrimientos porque en la realidad, la población está decidida a salir de la dictadura sandinista sí o sí. Pero ya lo decía Monseñor Baéz: «Nicaragua es un pueblo sufrido que también resucitará»
Como como el propio nombre de esta condición lo indica, la indefensión es “aprender” que no podemos defendernos ante tanta maldad, pero en las reglas más básicas de la psicología, así a como se puede aprender se puede desaprender. Uno de los primeros pasos, y de los más necesarios, es ser consciente de cómo nuestra voluntad está siendo minada por este síndrome, volviendo a recuperar la confianza en nuestras capacidades como las mostradas durante toda la historia de nuestra patria y mas reciente desde Abril del 2018, jamás nos hemos dejado dominar por más fuerte que parezca un dictador.
Debemos reconocer que si pensamos que no hay nada que hacer, es porque la dictadura está logrando su cometido. Ciertamente es peligroso retar frente a frente a una manada de criminales, sin embargo la lucha de las calles ahora se ha trasladado a tu mente, a la mía, allí donde tenemos plena libertad, en el silencio del ontos no olvidar porque saliste a la calle, no abandonar desde dentro de tu ser a los que más han sufrido, a los que se han ido, a los que aún no han podido retornar.
Vos no sos culpable por salir a pedir justicia, libertad, verdad, democracia, los culpables son los que a sangre y fuego pasaron por encima de todo lo que hoy por hoy seguimos gritando desde el silencio de nuestras almas, pero que tienen eco en los oídos de la dictadura como los retumbos del Telíca o del colosal San Cristóbal. Vos hiciste lo correcto, nunca dudes de eso, esa es tu lucha ahora también, jamas dudar de vos y de lo que hiciste, sos un buen ciudadano.
Para aquellos pocos que no quisieron beber el trago amargo de un solo en el 2018 y nos han obligado a irlo tomando sorbo a sorbo estos años, es hora que hagan lo que debieron, la comodidad se les ira acabando en tanto la dictadura siga sentada en su trono, la serpiente de dos cabezas está herida de muerte y va por todos ustedes, aun el pueblo está en pie, en silencio pero con la mano empuñada para darle el ultimo filazo y descabezarla, solo ustedes atrasan, si no lo hacen, después no digan malaya porque malaya estará lejos, decía mi abuelita.
Desde tiempos inmemorables el Nicaragüense ha mostrado su deseo de libertad, el mismo Darío lo eternizó diciendo: -“A través de las paginas fatales de la historia, nuestra tierra (y por ende todos nosotros los Nicaragüenses que la habitamos) está hecha de vigor y de gloria”- . Y así en medio de tantos episodios atropellados donde nos hemos divididos pero también nos hemos unidos, hemos forjado una historia tan intensa como una erupción del Cerro Negro en la actualidad o tan potente como la del Cosiguina en la antigüedad. ¡Es hora de nuevo de unidad! no contra un conquistador o filibustero, si no contra el mas grande embaucador, delincuente, Daniel Ortega el carnicero.
Para salir de la indefensión es muy importante que generemos expectativas positivas sobre el resultado que queremos tener en el futuro, que entendamos que somos nosotros quienes conseguiremos esos cambios a pesar de los tropiezos y desánimos en estos tres años de lucha, y sobre todo que el control está en todos y no en el ambiente ni mucho menos en una minoría inculta, agresiva y violenta.
Las elecciones son el mecanismo para entronizar de nuevo a la democracia y a la institucionalidad, no para sacar a unos asesinos del estado y del poder, usemos las cartas que no han querido usar.
Vivimos creyendo que “no podemos” un montón de cosas, simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez probamos y no pudimos, pero salir de dictaduras, está más que comprobado que nosotros los Nicaragüenses siempre hemos sido capaces de lograrlo.
Tu Psicólogo Favorito.
Lic. Róger Alfredo Martínez
Psicólogo Clínico, Escritor, Columnista.
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Psicólogo Clínico, escritor, columnista, conferencista, motivador, ex-preso politico de la dictadura en Nicaragua, autor de los libros «Personas Ordinarias, Mentes Extraordinarias», «Está Bien, Estar Mal» y «El Preso de la Celda 16». ¿Te gusta el contenido de Psicólogo Martínez? ¿Los sentis útiles y motivadores? ¿Sentis que mi trabajo merece tu apoyo? Descarga mi App Movil para telefonos Androids y podes suscribirte al contenido premium donde por $5 tendrás acceso intimo a mis vídeos, escritos, sesiones terapéuticas gratuitas, conferencias online, mis libros gratis y mas. Súmate y apóyame a diseminar motivación. Inscribete tambien como mi Patreon en: www.patreon.com/psicologomartinez. ¿Tienes comentarios sobre mis obras? ¿Quieres hacer una cita para consejería online? Búscame en facebook o escribeme en WhatsApp y con gusto recibiré todos tus comentarios.